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Adepta Sororitas

Las Hermanas de Batalla, también llamadas Adepta Sororitas, forman el cuerpo militar de la Eclesiarquía.

Su principal misión consiste en purgar herejes con la ayuda de poderosos vehículos blindados como son el Inmolator o el Exorcista, así como devastadores bípedos de combate, sería el caso del Castigo del Penitente.

Su infantería tampoco se queda atrás pues sus escuadras de Hermanas Vengadores, Celestiales o Arrepentidas verterán toda su cólera sobre aquel que mancille el nombre del Emperador.

Historia de las Adepta Soritas

Fuertes, valientes y con férreas convicciones. El Adepta Sororitas (o hermandad) nace tras concluir la Era de la Apostasía, en el milenio 36.

Compuesto íntegramente por mujeres, supone el único frente armado de la Eclesiarquía, pues tras el Reinado de Sangre de Goge Vandire, el Decreto Pasivo dispuso; a fin de disolver el ejército del Adeptus Ministorum, que este no podía contar con hombres armados a su servicio.

La Eclesiarquía, burlando dichas restricciones, creó esta fuerza de combate, pues si nos ceñimos a la norma estricta, no estaba compuesta por hombres.

No obstante, sus orígenes se remontan a tiempos más antiguos. Tras ser halladas por el Ministorum en San Leor, el propio Vandire visitó el planeta a fin de reclutarlas para su propio ejército.

Después de ser engatusadas por los poderes del Rosarius del Eclesiarca, las Hijas del Emperador, pues así se hacían llamar por aquel entonces, reconocieron en Vandire una señal de la bendición del Emperador y pasaron a ser su fieles sirvientes, haciéndose llamar Consortes del Emperador.

Una vez finalizado el conflicto de la Era de la Apostasía, Alicia Dominica, lideró las Guerras de Fe a fin erradicar el caos que Vandire dejó tras de sí.

Con sus inquebrantables ideales lucharon sin vacilar en nombre del Emperador por todo el Imperio.

Cuando se declara una guerra de fe, el Adepta Sororitas, en primera fila, lidera la batalla y extermina a los adversarios del Imperio sin compasión.

Costumbres de la Hermandad

En caso de no verse en una refriega las Hermanas entrenan y meditan la mayor parte del tiempo.

Cultivar tanto cuerpo como alma es fundamental en su día a día. Desde largas jornadas de reflexión, hasta los más duros entrenamientos son vital importancia.

Los más elevados exponentes serían, en este caso, las Hermanas Serafines y Celestes.

Las primeras, retrorractor en mano, son las más hábiles en el combate cuerpo a cuerpo. Por otro lado, las Hermanas Celestes forman un grupo de escolta de élite para los miembros más insignes del Adepta Sororitas.

Organización de las Hermanas de Batalla

En cuanto a la organización, originalmente, la Hermandad estaba formada por cuatro Órdenes militantes:

  • Orden de Nuestra Señora Mártir
  • Orden del Corazón Valeroso
  • Orden del Cáliz de Ébano
  • Orden del Sudario de Plata

Más adelante se crearon dos órdenes más: la Orden de la Rosa ensangrentada y la Orden de la Rosa Sagrada.

No obstante, no todas las órdenes se limitaron al combate, con el paso de tiempo, surgieron las Órdenes Hospitalarias, destinadas al apoyo médico y purificación; las Órdenes Famulatas, encargadas de temas más burocráticos como legislación o diplomacia; y las Órdenes Dialogantes, cuya misión suponía investigar y predicar.