¿Te gustaría tener mayor riqueza, abundancia y prosperidad? El Feng Shui tiene para ti el Sapo de tres patas, o la Rana de la riqueza. Incrementa tu buena fortuna con esta criatura celestial y mítica. ¡Adelante!
¿Qué significa el símbolo de la Rana de la Riqueza?
La Rana de la Riqueza o Sapo de las tres Patas, simboliza la riqueza y la prosperidad y, cuando se utilizan en su hogar o negocio, traen dinero y buena fortuna a su manera.
El milenario arte del Feng Shui te indica el lugar más propicio, para poner en tu hogar una rana de la fortuna. ¡Ten esto presente! Colocarla en sitio erróneo podría ser desastroso.
¿Dónde coloco mi Rana de la Fortuna Feng Shui?
El lugar indicado según el Feng Shui es la esquina de la casa que se encuentra diagonalmente opuesta a la puerta de la entrada. Esta es conocida como la zona de riqueza principal.
La rana de tres patas, es uno de los íconos más destacados de prosperidad y ganancia monetaria en el Feng Shui. Con frecuencia puede verse junto a las cajas registradoras, recepciones y escritorios de empresarios en toda Asia.
La rana de la prosperidad, irá a buscar riqueza en el ámbito laboral o empresarial que tú le indiques. Por este motivo en Asía suelen utilizar estos lugares también, como zonas donde colocar a este mitológico animal.
La rana del dinero debe estar orientada hacia la dirección del Feng Shui del dinero y éxito.
Dónde no debes colocar una Rana de las Tres Patas
El sapo de la fortuna Feng Shui, debe ser tratado con mucho respeto, es por ello, que nunca debe ser colocado en la cocina, baño y dormitorio.
Otros lugares que no debes descartar son en medio de una habitación, debajo de una ventana, en un pasillo,área de paso o en el suelo.
¿Cuantos Sapos de tres patas puedo tener?
Si quieres contar con otro sapo de tres patas en tu casa o comercio, ¡no hay problema! Pero no puedes acumular infinidad de ranas de 3 patas, puede llegar a ser contraproducente. Puedes tener una segunda rana en la zona secundaria de riqueza.
La zona de riqueza cuenta con dos subzonas según el Feng Shui. La principal que es la de su ubicación habitual, y otra secundaria que es su esquina opuesta, que se encuentra directamente enfrente de la principal.
¿Cuál es la historia o lore de Chan Chu, el Sapo de la riqueza y abundancia?
La rana del dinero, también reconocida por su nombre de «Sapo de tres patas», es una criatura celestial y mítica, que emerge cada luna llena para traer riqueza y buena fortuna.
Su historia se remonta mucho tiempo atrás, con el remoto reino chino de Tsiu. En él, vivía el hijo de un humilde leñador con sus dos hermanos Huna y Pay Hui.
He de aquí, que al hijo del leñador, Lié, le gustaba mucho pasar su tiempo libre cerca de la orilla de un riachuelo, que se encontraba cerca de su casa.
Un día, mientras se encontraba en este lugar, escucho fuerte croar de una enorme rana, que tomaba el sol, en un tronco cerca del agua. Lié sin pensarlo demasiado se agachó, cogió una piedra y se la lanzó a la rana.
Este hecho de niño travieso, típico de una persona de falta de madurez, ocasionó un daño innecesario a la rana. Y es que la piedra golpeó la pata trasera de la misma, lanzándose de inmediato la rana al agua buscando refugio.
Lié, volvió casa como un día más sin hacer mucho caso a lo acaecido. Pero algo raro pasaba, el recuerdo del daño ocasionado, y el remordimiento de conciencia, le carcomían día tras día.
Arrepentido de lo hecho, volvió al riachuelo como otros tantos días y busco sin cesar a la rana, gritando incluso a viva voz por la desesperación. Pero todos sus esfuerzos fueron inútiles.
Pero un día su ingenio se despertó, he ideó un jugoso plan para la rana, que consistía en dejarle unos jugosos insectos en el tronco donde hirió a la rana, para ver si se los comía.
Día tras día veía que los insectos desaparecían, pero nunca podía ver como la rana salía de su escondite. No obstante la conciencia de Lié se descargó un poco al saber que posiblemente la rana no estaría muerta.
Pasaron los años, y Lié repetía el ritual una y otra vez con el mismo resultado la rana no aparecía. Hasta que un día, la rana ¡apareció!
Lié no se lo creía, la rana permanecía inmóvil enfrente de él, y con cuidado se acercó a ella y de corazón, con todo el pesar del mundo, le pidió perdón.
La rana soltó un croac, y con pesadumbre Lié se dio cuenta que la pata que golpeó con la piedra, había desaparecido, lo que le causó aún más pesar.
Pasó el tiempo, y Lié se hizo adulto, se casó y tuvo hijos sanos y fuertes. Construyó su hogar cerca de la orilla del charco del riachuelo, donde se encontraba la rana, y todos los días y iba a verla y le traía insectos y conversaba con ella, y la rana siempre contestaba con un croac.
Pasó el tiempo, y uno de los hijos de Lié calló enfermo. Lié y su familia hicieron todo lo posible para conseguir curar al pequeño. No obstante no encontraban cura alguna.
Gastaron todos sus ahorros, y vendieron todo lo que tenían de valor, utilizándolo en buscar medicinas que pudieran acabar con el sufrimiento del pequeño y devolverle la salud. Lamentablemente ninguno funcionaba.
Cuando ya Lié se daba por vencido, encontró un eminente médico, al que consiguió convencer para que fuera a visitar a su enfermo hijo. El médico dijo que la enfermedad de su hijo tenia cura, pero que el remedio era muy raro y caro.
Lié y su familia, pobres como estaban se encontraban desesperados. Parecía que hubieran encontrado la solución a sus problemas, pero no tenían los recursos, para solucionarlo. Lié se encontraba desesperado.
Lié en su desesperación como era habitual en él, fue a desahogarse con el único ser que siempre le escuchaba, la rana de tres patas. Esta como siempre cuando Lié termino su relato le contestó con un croac.
La rana, que era muy vieja, sabía que el charco ocultaba un secreto. Oculto en él se encontraba un tesoro que hacía muchos lustros unos bandoleros habían ocultado en él, mientras escapaban de las tropas del rey. Los malhechores resultaron muertos y el tesoro abandonado en el fondo del charco.
Esa noche la luna brillaba en todo su esplendor, Lié, su esposa y su otros hijos, resignados acompañaban a su hermano mientras este agonizaba, ya que no tenían manera de hacerse con la medicina.
En ese momento, un fuerte croac se escuchó en la casa, ¡era la vieja y enorme rana que traía en su hocico una moneda de oro!
Lié no se lo podía creer, cogió la moneda que le trajo su amiga, y salió corriendo a comprar la medicina. A su vuelta, se la dio a beber a su moribundo hijo, y este se alivió, parecía que la medicina había dado resultado.
Desde entonces Lié y todos sus descendientes, veneraron a la rana de tres patas. Esta cada luna nueva, les traía una moneda de oro en su hocico, para que nunca les faltara de nada.
Los descendientes de Lié agradecidos, guardaron las monedas en una vasija de la fortuna junto al resto de sus ahorros, y solo las utilizaron en caso de necesidad.