Caballeros, templarios, reyes, reinas, damiselas en esta época un capa era un todo un símbolo de distinción, poder y estatus. Nada luce mejor, que una capa de esta gloriosa época. ¿Tienes ya tu capa medieval?
Con capucha, broche o verde, para hombre, mujer o niño, en una capa medieval todo detalle contaba
Podríamos decir que el momento álgido de la capa comenzó aproximadamente en el siglo XI.
En esta época, las prendas de vestir proporcionaban estatus, más allá de su mera funcionalidad, en las ciudades con más renombre comenzaron a surgir los actualmente conocidos “códigos de etiqueta”.
Para la gente noble era impensable llevar el mismo tipo de vestimenta que los pobres, y por ello, como señal de riqueza, las telas y colores que componían sus ropajes tenían que diferenciarles de los estamentos más bajos de la sociedad.
Mientras que los aldeanos zurcían su ropa en sus hogares, los reyes y la nobleza tenían a su servicio sastres que se ceñían siempre a los mandatos de la moda.
Además, a mayor calidad del material empleado en la vestimenta, más distinguida era quien la llevaba.
Las capas también certificaban la posición social de quien las portaban, el tipo de tela, los estilos y también las ornamentaciones diferenciaban las clases.
La gente de a pie nunca se atrevía a emplear pieles y únicamente la nobleza podía costearse el lujo que suponían las prendas de seda.
Como medida para marcar todavía más esta diferenciación, había leyes que establecían los tipos de tela que se permitía usar a la gente más pobre.
Asimismo, a menor longitud de la capa, mayor nobleza se le adjudicaba al portador: el monarca, por ejemplo, lucía su capa por la cintura, los comerciantes y artesanos a la altura de las rodillas y la gente más humilde rozando los pies.
En cuanto a colores, los más abundantes entre la gente pobre eran los colores naturales de la tela, normalmente gris y marrón. En raras ocasiones utilizaban tintes.
Por otro lado, Los colores que abundaban entre los pobres eran los naturales de las telas, gris y marrón, y si usaban tintes, estos eran los más baratos y de fácil elaboración.
Para los adinerados, por el contrario, el colorido era mucho más alegre y vistoso.
Con muchos productos de importación de Oriente Medio o África, eran comunes los tintes más exóticos y brillantes como el verde intenso, amarillo, rosa, dorado o rojo.
Los mejores complementos medievales para tu capa
Las capas medievales sean blancas, negras o rojas, siempre generan buenas opiniones
No cabe duda que sea el tipo que sea de fiesta de disfraces, las capas medievales no dejan indiferentes a nadie.
Al ponértela tu presencia en la sala, es como si aumentara, lo que hace que atraigas más miradas. Y es que las capas siempre tienen un componente elegancia, prestigio y grandeza.
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