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La peana perfecta

Muchos aficionados al Hobby se centran en pintar el ejército y dejan las peanas para el final. Sin embargo, dedicarle un poco más de tiempo a las peanas puede cambiar por completo el aspecto de un ejército. Adi Wood nos lo explica todo sobre las peanas y la gran variedad de materiales de modelismo y pintura que se pueden usar.

Después de montar y pintar las miniaturas, ya se trate de una unidad completa de tropas o de una miniatura transformada con esmero, lo único que puede acabar de redondear o de estropear el resultado final es la peana. El aspecto de la peana puede ser tan importante como cualquier otra parte de la miniatura y puede hacer que una miniatura que se haya pintado sin muchas florituras quede realmente impresionante.

La peana de una miniatura representa el entorno en el que suele moverse la miniatura. Puede hacerse igual que el tablero de juego o reflejar un poco el trasfondo de un ejército. Por ejemplo, el frío mundo natal de los Lobos Espaciales, Fenris, se representa con peanas recubiertas de nieve y, del mismo modo, se puede pegar arena en las peanas de un ejército de Reyes Funerarios para representar los desiertos de Khemri. Un estilo de peana coherente aplicado a todo el ejército es capaz de conferirle un sentido unitario independientemente de lo variados que puedan ser los esquemas cromáticos de las unidades. Y el efecto que tienen las peanas sobre el aspecto general de las miniaturas hace que valga la pena dedicarles un poco de atención.

Lo mejor es empezar a pensar en las peanas durante la fase de montaje, que es cuando se asientan los cimientos de la peana. Las miniaturas pueden pegarse directamente sobre la peana o encajarse en las ranuras, aunque en este último caso quedarán huecos. Para tener una superficie plana y lisa sobre la que aplicar el material, pueden rellenarse estos huecos con masilla o arcilla de modelismo y luego ya se puede empezar a decorar la peana.

Colores
La forma más rápida de conferirle a las miniaturas un aspecto unificado es aplicar la misma capa base a todas las peanas. A menos que se esté pintando una miniatura con el fin de exhibirla, en principio el color tendría que concordar con el del tablero de juego sobre el que se suele jugar, ya sea hierba, cemento, tierra o desierto. En el caso de que juegues sobre varias superficies distintas o si, por ejemplo, sueles participar en torneos, existen un par de alternativas.

Si escoges un color neutro, como el Tierra de Cementerio, las miniaturas quedarán bien en casi cualquier tablero de juego. Por otro lado, también puedes pintar la superficie de la peana de un color y el reborde de otro. Dos tonos que contrasten suelen funcionar bastante bien, como por ejemplo Verde Goblin para la superficie y Marrón Bestial para el reborde. Si adoptas cualquiera de estos dos esquemas cromáticos, las peanas te quedarán bien con casi todos los tableros de juego en los que puedas llegar a situar las miniaturas. Lo mejor es pintar la peana con colores que contrasten con los de la miniatura que va encima. Los colores naturales y terrosos son los que van mejor para este fin.

Tierra de cementerio

Verde Goblin

Marrón Quemado

Marrón Bestial

Gris Códex

Marrón Cuero

Marrón Quemado y Verde Goblin

Verde Goblin y Marrónn Bestial

Tal y como demuestra el ejército orko Los Lanzakohetez de Razzekai, de Pete Haines, el aspecto homogéneo de las peanas uniformiza el ejército.